VELOCIDAD DE ESCAPE
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FREUD, EL CREPÚSCULO DE UN ÍDOLO, de Michel Onfray
Brillante y sublime este "análisis" de Freud y su obra por parte de Onfray. Con toda intención el entrecomillado de la palabra análisis. Partamos de la base de que Onfray es uno de mis pocos autores franceses Favoritos. Yo diría que el único autor Francés favorito. Soy más anglofílico que francofílico, y se cuentan con los dedos de una mano los autores que admiro fuera de la órbita cultural anglosajona. Por cada autor no anglófono puedo citar 3 ó 4 anglosajones. Por cada Michel Onfray tengo un Richard Dawkins, un Sam Harris o un Hume. Por cada Umberto Eco tengo un Oliver Sacks, un Bill Bryson o un Isaac Asimov.
"En un momento dado el curandero cambió de nombre, y se denominó psicoanalista". Esta es una de las frases más amables que se leen sobre Freud en esta obra de obligatoria lectura para toda persona que tenga la más mínima tentación de considerar el psicoanálisis como una teoría terapéutica científica válida.
"Freud debería haber optado al premio Nobel, pero de Literatura", es otra de las alabanzas. Y digo alabanzas, porque entre medias lo acusa de acostarse con su hija y trasladar esa pulsión incestuosa a toda su obra. No es que los pacientes de Freud fuesen unos reprimidos sexuales que veían símbolos de los genitales por todas partes, sino que es el propio Freud el que, obsesionado con sus filias y fobias, ve sexo y símbolos genitales en todas partes, acusando a sus pacientes de reprimir sus impulsos y arrogándose el papel de taumaturgo capaz de rasgar el velo (otro símil sexual) y mostrar lo que nadie ve.
Claro que, eso solamente cuando le conviene, porque en una ocasión, cuando uno de sus discípulos (utilizo aquí con todo sentido la palabra discípulo) le pregunta por su adicción a los cigarros, contesta: "a veces un cigarro es solamente un cigarro".
Xenófobo, homófobo, supersticioso, despectivo con la clase baja, confeso de odiar a sus propios pacientes, cocainómano y responsable al menos de dos muertes directas provocadas por su inutilidad terapéutica. Es bastante más de lo que yo suelo decir cuando me preguntan si el psicoanálisis cura. Cualquier persona minimamente interesada en el tema, y por supuesto los psicólogos, sabemos que Freud y su teoría psicoanalítica son una superchería de principio a fin, y sus seguidores unos estafadores que merecerían ser investigados junto a videntes, curanderos, homeópatas y demás ralea, pero ni yo me hubiera atrevido a tanto como se atreve Onfray. Lo de Onfray es un destrozo en toda regla. Es tirar abajo un castillo de naipes utilizando para ello una bomba atómica.
Yo pensaba que como ya quedó demostrado por los estudios de Eysenck allá por los años 50, que el hecho de que una persona sin tratar se cura de manera espontánea muchísimo antes que una persona bajo terapia psicoanalítica, con eso digo, debiera de estar dicho todo y el psicoanálisis haber sido desterrado al cajón de las creencias absurdas, pero sigue campando por sus respetos en determinados ambientes, transmitido mediante una transmisión casi sectaria, de cenáculo secreto, de sociedad mistérica.
Dejo el primero de cinco vídeos de una entrevista en la televisión francesa donde Onfray habla del tema con motivo de la presentación del libro. Por si alguien no se ve con fuerzas para leerlo, aunque ya digo que es una lectura exquisita, como casi todo lo que publica Onfray. Mención especial merecen los traductores de su obra al Español, que hacen un trabajo que dignifica a la profesión entera.
Estupidiario y otras cosas | jomaweb | 4 Comentarios | Enlace
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