VELOCIDAD DE ESCAPE
INSECTOS
Cuando era un crio, tuve temporadas de lo que Frazier denomina, en su excelente libro, "La rama dorada", pensamiento simpático. No porque dicho pensamiento fuese más o menos agradable, sino porque se basa en una paralelización de acontecimientos sin relación real, pero que en mi tierna mente sin corromper, estaban claramente asociados. La acción causa-efecto traspasa el tiempo y las barreras físicas y cualquier cosa puede ser relacionada con cualquiera otra sin que eso sea real más que en la tierna mente de un niño.Así, el hacer los deberes del colegio al llegar a casa, emitía una especie de energía positiva y precipitaba una recompensa posterior, que bien podría ser esa tarde exitosa jugando al fútbol en el parque, o un inesperado descubrimiento entre los jardines que dan a la tapia del cementerio. Del mismo modo, objetos inertes sin cualidad alguna salvo su masa y su corporeidad, eran investidos de una suerte de poder "mágico" tras unas improvisadas ceremonias en las que mediante rituales inventados, se convertía a una pila de petaca, un indio de plástico, y una pinza para la ropa, en unos poderosos amuletos protectores que durante un tiempo eran trasladados a todas partes en los bolsillos de mi pantalón. En aquella edad todavía podías hacer eso sin que nadie se acercase diciendo: "¿eso del pantalón son una pila de petaca, un indio de plástico y una pinza para la ropa o es que te alegras de verme?"
La magia simpática y el pensamiento mágico, con el deterioro del mundo mental infantil asociado al crecimiento, quedan relegados en el mundo adulto tan sólo para la literatura y la poesía. De este modo, una mampara de baño que no cierra queda como metáfora literaria de la separación, o el hecho astronómico de la existencia de agujeros negros queda asimilado a aquellos departamentos en empresas donde toda la información desaparece y nada puede salir de ellos salvo radiación de Hawking.
Esta semana, a vueltas como estamos con una primavera diletante, que lo mismo hace amago de llegar, como que se retira, asustada ante el panorama reinante, de vez en cuando, en breves periodos de su presencia, los insectos ejercen su función anunciadora, y como es normal por estas fechas, se introducen en los hogares, como heraldos de lo que está por venir. Eso, que dicho así es muy repipi, y vivir rodeado de un jardín. Básicamente.
En mi casa, a principios de semana, encontré una araña.
Y como un rebrote psicótico, tras liquidarla, no pude evitar que a mi mente acudiera un flashback de aquel pensamiento mágico, metafórico y atávico, que me informaba de que aquel hecho tendría consecuencias, no ya por el hecho de liquidarla, pues la más elemental pulcritud doméstica impelía a ello, sino porque la araña era la manifestación, el mensaje, la advertencia de algo que iba a suceder y que de buen seguro no iba a ser nada agradable.
Sólo es un insecto. Sólo es un insecto. Sólo es un insecto. Repetía mi mente racional y "adulta".
Esta semana ha sido un infierno.
De entre las múltiples reuniones directivas a las que me veo obligado a asistir, algunas tienen la peculiaridad de tocar temas "sensibles". Es decir, aquellas en las que se trata de solucionar la mierda que ha dejado otro. Como es imposible hacer una tortilla sin romper un par de huevos, y como la mierda, si se mueve, comienza a oler, suelo ir de cara y decir las verdades del barquero a quien me pregunta. En este caso, no fué menos, y tras comentar que había algunas cosas en cómo se había desenvuelto todo, que no eran de mi total agrado, pero que cada palo que aguante su vela, mantenella y no enmendalla, ánimo chicos, remamos todos, el sursum corda, y todo eso, pues se me vienen encima todas las fuerzas vivas de la organización: El cura, el maestro, el alcalde, y la pareja de la guardia civil.
En boca cerrada no entran hijosdeputa.
Como en todos los departamentos tiene que haber una mosca, no iba a ser menos el mío. A veces pienso que los departamentos de recursos humanos tienen una cuota de moscas a contratar establecida por ley. Luego ya queda a su discrección cómo las reparten. A la de mi sección le faltó tiempo para correr al despacho del alcalde y poner en marcha el molino de la mierda. ¿resultado? Se lia la de dios es cristo, reuniones al más alto nivel, ¿quién es el mierda este que se atreve a criticar la "Magna-Obra-Arquitectónica-Mundial"TM de la consultora externa que hemos contratado en nuestra "Infinita-sabiduría"TM. Quejas del cura, del alcalde, del maestro, de la guardia civil, y hasta de un señor de Murcia que pasaba por allí.
Estrategia semi-Boxer.
En "Rebelión en la Granja", de mi idolatrado George Orwell, Boxer es el caballo que ante cada dificultad creciente, siempre dice: "Trabajaré más fuerte". A los que habéis leido el libro, no tengo que deciros cómo acaba Boxer. A los que no lo habéis leido, solamente deciros que ese libro es una de las lecturas básicas de toda persona que desee interesarse en la vida por algo más que Facebook y el tamaño de su pene.
(acabo de caer en la cuenta que mi anterior frase puede haber sonado machista. No pretendía establecer que las mujeres se dedican a entrar en Facebook y los hombres a medirse el pene. Tampoco que los hombres se dedican a entrar en Facebook y las mujeres a medirse el pene, cosa del todo punto imposible salvo determinados y muy puntuales casos. Disculpen mi error. Permítanmé enmendarlo y decirlo de otra manera):
A los que no lo habéis leido, solamente deciros que ese libro es una de las lecturas básicas de todo tío que desee interesarse en la vida por algo más que Facebook y de toda tía que desee preocuparse en la vida por algo más que el tamaño del pene de su novio.
But I digress.
Así que pese a la ilusión que comporta iniciar un proyecto profesional nuevo, al final siempre mezclamos vino nuevo con odres viejos, o nuevos odres con vino viejo. El ser humano es (somos) igual en todas partes. Y al final acabo llegando en un momento u otro, más tarde o más temprano, a la inevitable opción de considerar que la estrategia que nunca falla es la semi-Boxer. Es decir, no trabajar más fuerte, sino en realidad decir vehementemente y a todo el que lo quiera oír, que uno va a hacerlo mejor cada día, evidentemente sin ser necesariamente cierto. En alegre expresión: "mis jefes hacen como que me pagan un sueldo excelente y yo hago como si mi trabajo también lo fuera"
Así que mi mosca particular me ha clavado la primera puñalada en la espalda. En este proyecto o en otros. Aquí o en otras empresas. De las muchas que vendrán. De las muchas que ya han venido. De lo que parece una ley inexorable. Tan inexorable como la Gravitación Universal.
Y yo Me repito a mí mismo:
Son sólo insectos. Son sólo insectos. Son sólo insectos. Son sólo insectos
Estupidiario y otras cosas | jomaweb | 6 Comentarios | Enlace
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Comentarios
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Las arañas no son insectos. |
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Creo que quedó claro que no me refería a las arañas. |
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Si lo que dices en las reuniones lo tienes tan claro, como esto, quizás el problema seas tú.
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Hi, Please keep writing the content and posting for sure.
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