VELOCIDAD DE ESCAPE
Inicio > Historias > ¿POR QUÉ LAS CEBRAS NO TIENEN ÚLCERA? De Robert M. Sapolsky
2009-09-08
Me encantó el anterior libro de Sapolsky que leí. Es fascinante cuando un libro te sugiere otros y en una larga cadena vas asociando libros entre sí. En algunos casos obteniendo a veces el placer de observar como el último se relaciona o incluso menciona al primero, al que inició el hilo.
El mono enamorado es ese tipo de libros que sugieren muchas lecturas y una de las que me sugirió es la obra de Sapolsky sobre la psicofisiología del estrés. El libro sinceramente es memorable. Algo duro si no tienes un cierto conocimiento de fisiología o química cerebral, pero no tanto como para que no puedas disfrutar de él. En último término todos los conceptos necesarios para seguir la narración están claramente explicados. Este libro me ha impactado por varias razones. En primer lugar es un excelente resumen del estado de la cuestión sobre el tema del estrés, compilando y dando forma a las diferentes investigaciones sobre el tema, y proponiendo modelos de explicación válidos para todos los resultados obtenidos. Por otra parte, el estilo de Sapolsky, claramente humorístico, permite incluso carcajadas en algunas ocasiones, y su quehacer a caballo entre el laboratorio y el naturalismo de campo permite obtener una amplia perspectiva de las diferentes investigaciones expuestas.
Me quedo con varias frases que me han gustado especialmente, en muchos casos por sorprendentes o contraintuitivas, por ejemplo su conclusión en resumidas cuentas es que si se quiere huir de las consecuencias enfermantes del estrés: no ser pobre es la mejor decisión.
“Las explosiones de sensación y placer sintéticos de una potencia no natural evocan grados de habituación de una potencia no natural. Eso tiene dos consecuencias. La primera es que ya apenas advertimos los fugaces susurros de placer que causan las hojas en otoño, o la mirada fija de la persona apropiada, o la promesa de recompensa que nos aguarda tras una larga, difícil y noble tarea. La otra consecuencia es que, después de un tiempo, incluso nos habituamos a estos diluvios artificiales, intensos e instantáneos. Si sólo fuéramos unas máquinas de regulación homeostática local, al consumir más, desearíamos menos. Pero en lugar de eso, nuestra tragedia es que simplemente nos entra más hambre. Más y más rápido y más fuerte. El ”ahora” no es tan bueno como solía ser y no será suficiente mañana.” P. 400-401
“La agricultura es una invención humana bastante reciente, y en muchos sentidos fue uno de los pasos más grandes y estúpidos de todos los tiempos. Los cazadores-recolectores disponen de miles de fuentes naturales de alimento con las que subsistir. La agricultura cambió todo eso, generando una confianza abrumadora en una escasa docena de alimentos cultivados, lo que nos hizo extremadamente vulnerables a la siguiente hambruna, la siguiente plaga de langostas, la siguiente plaga de la patata. La agricultura permitió almacenar los recursos sobrantes y así, de forma inevitable, su acumulación desigual: la estratificación de la sociedad y la invención de las clases. Por tanto permitió el invento de la pobreza” p.438
“Yo recibí una educación religiosa muy ortodoxa y fui un creyente devoto. Aunque ahora soy ateo, en mi vida no hay lugar para ningún tipo de espiritualidad, y creo que la religión es extraordinariamente perjudicial. Aunque desearía poder ser religioso. Aunque para mi no tiene ningún sentido y me desconciertan las personas que creen. Aunque también me emocionan. De modo que estoy confuso. Sigamos con la ciencia.” P. 465
¿POR QUÉ LAS CEBRAS NO TIENEN ÚLCERA? De Robert M. Sapolsky
Me encantó el anterior libro de Sapolsky que leí. Es fascinante cuando un libro te sugiere otros y en una larga cadena vas asociando libros entre sí. En algunos casos obteniendo a veces el placer de observar como el último se relaciona o incluso menciona al primero, al que inició el hilo.
El mono enamorado es ese tipo de libros que sugieren muchas lecturas y una de las que me sugirió es la obra de Sapolsky sobre la psicofisiología del estrés. El libro sinceramente es memorable. Algo duro si no tienes un cierto conocimiento de fisiología o química cerebral, pero no tanto como para que no puedas disfrutar de él. En último término todos los conceptos necesarios para seguir la narración están claramente explicados. Este libro me ha impactado por varias razones. En primer lugar es un excelente resumen del estado de la cuestión sobre el tema del estrés, compilando y dando forma a las diferentes investigaciones sobre el tema, y proponiendo modelos de explicación válidos para todos los resultados obtenidos. Por otra parte, el estilo de Sapolsky, claramente humorístico, permite incluso carcajadas en algunas ocasiones, y su quehacer a caballo entre el laboratorio y el naturalismo de campo permite obtener una amplia perspectiva de las diferentes investigaciones expuestas.
Me quedo con varias frases que me han gustado especialmente, en muchos casos por sorprendentes o contraintuitivas, por ejemplo su conclusión en resumidas cuentas es que si se quiere huir de las consecuencias enfermantes del estrés: no ser pobre es la mejor decisión.
“Las explosiones de sensación y placer sintéticos de una potencia no natural evocan grados de habituación de una potencia no natural. Eso tiene dos consecuencias. La primera es que ya apenas advertimos los fugaces susurros de placer que causan las hojas en otoño, o la mirada fija de la persona apropiada, o la promesa de recompensa que nos aguarda tras una larga, difícil y noble tarea. La otra consecuencia es que, después de un tiempo, incluso nos habituamos a estos diluvios artificiales, intensos e instantáneos. Si sólo fuéramos unas máquinas de regulación homeostática local, al consumir más, desearíamos menos. Pero en lugar de eso, nuestra tragedia es que simplemente nos entra más hambre. Más y más rápido y más fuerte. El ”ahora” no es tan bueno como solía ser y no será suficiente mañana.” P. 400-401
“La agricultura es una invención humana bastante reciente, y en muchos sentidos fue uno de los pasos más grandes y estúpidos de todos los tiempos. Los cazadores-recolectores disponen de miles de fuentes naturales de alimento con las que subsistir. La agricultura cambió todo eso, generando una confianza abrumadora en una escasa docena de alimentos cultivados, lo que nos hizo extremadamente vulnerables a la siguiente hambruna, la siguiente plaga de langostas, la siguiente plaga de la patata. La agricultura permitió almacenar los recursos sobrantes y así, de forma inevitable, su acumulación desigual: la estratificación de la sociedad y la invención de las clases. Por tanto permitió el invento de la pobreza” p.438
“Yo recibí una educación religiosa muy ortodoxa y fui un creyente devoto. Aunque ahora soy ateo, en mi vida no hay lugar para ningún tipo de espiritualidad, y creo que la religión es extraordinariamente perjudicial. Aunque desearía poder ser religioso. Aunque para mi no tiene ningún sentido y me desconciertan las personas que creen. Aunque también me emocionan. De modo que estoy confuso. Sigamos con la ciencia.” P. 465
Estupidiario y otras cosas | jomaweb | 3 Comentarios | Enlace
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Comentarios
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No conocia este titulo, pero por lo que cuentas de el, tiene bastante buena pinta y suena bastante interesante, a ver si me puedo hacer con un ejemplar. |
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mdhdjur |