VELOCIDAD DE ESCAPE
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2008-10-09
Uno piensa que cuando crece, las pesadillas desaparecen, pero no es así, la unica diferencia con la infancia es que entonces había alguien a tu lado para reconfortarte cuando te despertabas gritando por la noche.
Las de hoy serían un manjar para el diván del psicoanalista si tuviera ganas de ir o considerase que semejante majadería sirviera para algo más que para engordar el bolsillo de los analistas.
Resumo brevemente las tres de hoy.
En la primera, me dejan un bebé recién nacido en los brazos, se dan la vuelta, y más por voluntad que por descuido, el niño cae al suelo. Todos se vuelven hacia mí y comienzan a acusarme de haber arrojado al niño. Yo me defiendo, aterrorizado, mascullando que se cayó por accidente.
En la siguiente, despierto con la sensación de que algo viscoso y reptante está en mi cama, junto a mí, bajo las sábanas. Sobresaltado me incorporo, levanto la colcha, y hay una serpiente. Despierto con una tremenda taquicardia.
En la última, más angustiosa, y de la que despierto con una enorme tristeza, voy al Dojo a entrenar Aikido, y mientras me coloco el Keikogi y la Hakama, descubro con desazón que no son los míos. Me desnudo, me pongo otros, y tampoco son, y así recursivamente mientras el Sensei exige a gritos que cumpla la etiqueta en el tatami. Si alguien se ha puesto alguna vez una Hakama comprenderá que no es como ponerse un pijama.
Veremos cuales son las de hoy. Las voy a ir guardando.
MIS PESADILLAS
Desde un tiempo a esta parte vengo sufriendo una situación bastante angustiosa que repercute sobre todo en el sueño, pero lo curioso es que si bien en un principio afectaba lisa y llanamente a la capacidad de conciliarlo, pasados unos meses estoy en una nueva etapa en la cual me duermo, pero sufro pesadillas a lo largo de toda la noche de las que me despierto sobresaltado unas 4 ó 5 veces.Uno piensa que cuando crece, las pesadillas desaparecen, pero no es así, la unica diferencia con la infancia es que entonces había alguien a tu lado para reconfortarte cuando te despertabas gritando por la noche.
Las de hoy serían un manjar para el diván del psicoanalista si tuviera ganas de ir o considerase que semejante majadería sirviera para algo más que para engordar el bolsillo de los analistas.
Resumo brevemente las tres de hoy.
En la primera, me dejan un bebé recién nacido en los brazos, se dan la vuelta, y más por voluntad que por descuido, el niño cae al suelo. Todos se vuelven hacia mí y comienzan a acusarme de haber arrojado al niño. Yo me defiendo, aterrorizado, mascullando que se cayó por accidente.
En la siguiente, despierto con la sensación de que algo viscoso y reptante está en mi cama, junto a mí, bajo las sábanas. Sobresaltado me incorporo, levanto la colcha, y hay una serpiente. Despierto con una tremenda taquicardia.
En la última, más angustiosa, y de la que despierto con una enorme tristeza, voy al Dojo a entrenar Aikido, y mientras me coloco el Keikogi y la Hakama, descubro con desazón que no son los míos. Me desnudo, me pongo otros, y tampoco son, y así recursivamente mientras el Sensei exige a gritos que cumpla la etiqueta en el tatami. Si alguien se ha puesto alguna vez una Hakama comprenderá que no es como ponerse un pijama.
Veremos cuales son las de hoy. Las voy a ir guardando.
Estupidiario y otras cosas | jomaweb | 1 Comentarios | Enlace
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