VELOCIDAD DE ESCAPE
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APOSTILLAS A "ENTRE TODOS LA MATARON"
Tal y como reconocíamos el otro día, que con gran desazón, parte de la culpa del fracaso al que se está enviando la programación en general en España, y las "ingenierías de primera" en particular, es nuestra; debemos de ser justos y no cargar tanto las tintas sobre los pobres ingenieros a los que a fin de cuentas la titulación no les ha preparado para lo que luego el mercado laboral les exige. Problema este, el de la separación, abismal en muchos casos, entre lo que una facultad o escuela produce, y lo que demanda un mercado laboral como el Español, al que le veo muy mala solución habida cuenta del hecho de que, para ser profesor universitario lo necesario es no tener espíritu crítico ni dudar del orden establecido sino más bien todo lo contrario.Nos encontramos en mi opinión con un sistema educativo que enseña cosas que luego no tienen ningún tipo de reflejo en la vida laboral. ¿Cuantos de nosotros tenemos la sensación de que hemos estudiado para nada? O al menos que lo que hemos estudiado no nos ha servido después para nuestra vida, laboral al menos, que para la otra, pues para qué nos vamos a engañar, tampoco sirve preparación alguna y uno va dando bandazos como puede y con las escasas armas que a la naturaleza o al destino les vino en gracia entregar.
Así que uno sale bisoño, innocente (algunos más que otros), con su "papelito" debajo de un brazo y su ilusión intacta debajo del otro y se encuentra conque, primero no tiene ni repajolera idea de cómo se hacen las cosas. Ese "know how" básico que se adquiere con el tiempo y que no te pueden dar en ninguna facultad o escuela por muy buenas que sean. En este orden de cosas se comprenden aspectos como las relaciones laborales, los métodos de comunicacion formales e informales, la cultura empresarial propia de la organización en la que estamos, y un sinfín de pequeños detalles que el tiempo se encarga de hacernos aprender.
Y segundo, se encuentra que lo estudiado y aprendido con más o menos esfuerzo (dependiendo de las capacidades de cada uno) se parece a lo que se hace en la empresa como un higo a una castaña. Esto es mucho más importante en el sector en que nos movemos donde 5 años son un cambio de plataforma o un vuelco tecnológico como no se da en otros sectores.
Así que aquí tenemos al bisoño empleado con su titulo debajo del brazo (si no lo ha escondido en un cajón todavía) y con sus ilusiones "casi" intactas, apenas un poquito melladas, que una vez adquirido el "know How" y dándose cuenta de todo lo que a su modo de ver se hace rematadamente mal, o por lo menos se puede mejorar, en la empresa en la que rinde armas; agarra, coge, se lia la manta a la cabeza, e intenta mejorar o cambiar en algo las cosas.
Y aquí es donde comienza a pensar sino hubiera sido mejor venir a la oficina con una chichonera en vez de con el titulito debajo del brazo, porque comienza una y otra vez a tener la sensación de estar pegándose cabezazos contra un muro. Uno tras otro sus proyectos, sus sugerencias de mejora se encuentran, en el mejor de los casos, con un farragoso procedimiento de comités, subcomités, supercomités, postcomités y mierda para el mensajero que va y viene, y en el peor de los casos, con la indiferencia generalizada, la abulia más desasosegante y el silencio administrativo.
En darte cuenta de esto tardas un tiempo. Un dia te preguntas porqué todo lo que propones cae en saco roto y comienzas a bosquejar una posible explicación de porqué técnicas que han sido amplia y profusamente contrastadas en otros sitios, obteniendo éxitos contundentes, no son aplicadas donde uno trabaja. Y poco a poco te vas dando cuenta. Cualquier experto en demografía o sociólogo medianamente informado sobre la historia reciente de España lo podrá corroborar.
Nosotros pertenecemos en gran mayoría a una generación que vino al mundo con el Boom de natalidad de los años 70. Para cuando nos incorporamos al mercado de trabajo somos la generación más grande (cuantitativamente hablando) y mejor preparada (cualitativamente hablando) de toda la historia contemporánea de nuestro país. Y cuando llegamos al que creemos "nuestro puesto" de trabajo, nos encontramos en los cuadros directivos con la generación anterior, agarrada con uñas y dientes a su poltrona, que ve como una marea de jóvenes con una formación excelente y unas ganas tremendas de mejorar las cosas, amenazan sus privilegios.
Una auténtica recua de gente que ronda la cincuentena, cuya inmensa mayoría no ha terminado siquiera la Educación General Básica de aquellos sus años, y que está dirigiendo la empresa porque entraron de botones ayudando a mover las maletas y terminaron a los 40 años dirigiendo el Hotel entero. Y a esos no hay dios que los apee de su puesto por mucha ingeniería, master o cojones tengas.
Y de pronto se hace la luz, y ves como todo cuadra. De repente, a tu pesar comprendes la razón de que todas tus propuestas sean ignoradas una y otra vez. De que una vez tras otra te peguen un cachete entre las orejas mientras te dicen: limitate a hacer lo que se te manda chaval, mientras que con la otra mano se llevan los beneficios de la empresa al bolsillo y te dejan recoger las migajas para que al menos puedas pagar las facturas.
En este punto el titulito está en el cajón, o pulcramente enmarcado y colgado de una pared; lo que primero hayamos hecho. Y las ilusiones yo ya no sé dónde están.
Y lo que es peor: ya me importa una mierda.
Estupidiario y otras cosas | jomaweb | 3 Comentarios | Enlace
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Comentarios
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Tienes razón. Pero no creo que sea necesario ir a razones demográficas. Conozco gente a la que llevo diez años y que tiene la misma descerebrada forma de ver las cosas que otros que me llevan diez años a mí. La cuestión salía hoy en este artículo, enlazado por reddit y es simplemente que no se puede reconocer el talento si no se tiene.
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Y nosotros desde latinoamérica ¿que podemos decir? quisiéramos de perdida estar en vuestra situación. Somos los que venimos atrás y sacando la lengua de cansancio.
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