VELOCIDAD DE ESCAPE
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EL MP3 DE LOS LIBROS
Al final lo que uno quiere es que le simplifiquen las cosas. Lo que uno desea es una vida sencilla.Cuando tienes las hormonas revolucionadas y estás más cerca de la adolescencia que de la madurez, propendes a buscarle las vueltas a todo y hacer las cosas más complicadas de lo que en realidad son. Intentas dominar programas complicados solo por el placer de hacerlo, intentas ligar con esa chica complicada solo por el placer de hacerlo. ¡Pardiez, si hasta lo haces solo por el placer de hacerlo!
Sin embargo el tiempo, o las hostias, que vienen a ser lo mismo, atemperan esta montaña rusa emocional y uno termina dedicando las energías a aquello que realmente cree que merece la pena. De modo que de repente un día te descubres eligiendo el programa más sencillo y fácil posible para hacer lo mismo que hacías antes a base de arcanos scripts y comandos, pasas de las chicas complicadas que solo te complican la vida (en general, pasas de las chicas), y se te hace cuesta arriba hacer algo que sólo da placer efímero y posturas ridículas.
Todo esto para venir a decir que no hay marcha atrás en el camino iniciado hace unos años cuando los soportes físicos van siendo sustituidos poco a poco por los electrónicos.
Pudiera pensarse que el éxito de las redes p2p se basa en que permite acceso gratuito a contenidos que de otra forma sería muy oneroso costear, pero no dejen que los árboles no les permitan ver el bosque. la razón última y definitiva es la comodidad. Es más cómodo almacenar millones de canciones y otros tantos miles de material audiovisual entre películas y series de televisión, en un disco duro con un buen gestor de archivos (los mejores: MediaMonkey en windows o Amarok en Linux) y poder realizar una búsqueda y un acceso rápido en vez de pasar un rato bastante más prolongado buscando entre diversas estanterías llenas de CDs e incluso vinilos para terminar no encontrando lo que se busca. No es mi caso, soy bastante estricto con el orden en Cds y libros y tengo sistemáticamente ordenados por género y alfabeticamente tanto unos como otros. Y de nuevo aparece otra razón fundamental para el cambio: el espacio. No me negarán que es una enorme ventaja disponer de un disco duro portátil enorme donde va toda nuestra música favorita y que podemos llevar con nosotros de viaje y reproducir en cualquier parte. Tengo en mi haber 3 reproductores mp3 (5, 20 y 30 GB) y otros tantos discos duros portátiles (4, 30 y 120 GB) que uso para diversos cometidos entre los que destaca, por supuesto, llevar mi colección de CDs trabajosamente convertidos a mp3 de un lado a otro. Recuerden cuanto ocupaban las antiguas cintas VHS, los vinilos, las casettes, cuanto ocupan ahora las cajas con DVDs y CDs, y traten de imaginar ese espacio dedicado a otros menesteres.
Esta y no otra es la razón final del triunfo de las redes de pares. No la piratería en sí, sino la comodidad. De este modo los sistemas de venta de música a través de la red (sin DRM, por supuesto) serán uno de los negocios más exitosos en un futuro que está ya a la vuelta de la esquina. Lo que lo impide de momento son trabas legalistas y un importante cambio de mentalidad de la industria, o la desaparición traumática de los intermediarios si sencillamente no se adaptan.
De momento, el único sector que parece que no ha entrado en esta dinámica es el sector literario.
Más allá del típico fetichismo del libro que padecemos muchos, según el cual es una experiencia casi sensual el tacto y el aroma de un libro, no se me escapa que los recientes movimientos de Google en el sentido de lograr de alguna manera el acceso electrónico a capítulos o libros completos como paso previo a su comercialización, me hacen salivar con anticipación.
Imaginen un cacharrito como este, el Sony reader, basado en papel electrónico en vez de la típica pantalla TFT, con la calidad y la resolución suficiente para permitir leer sin fatiga visual.
Tengan claro que seré de los primeros poseedores de tal artilugio, porque en mi caso al menos, el espacio disponible para los libros ha llegado ya a su limite. De momento tan solo hay dos razones que me lo impiden.
La primera y fundamental, el hecho de que no ha surgido de momento el mp3 para los libros. No hay de momento un formato ubicuamente extendido que sea interpretado por todo tipo de aparatos. Lo que se llama un estándar "de facto" que haga posible leer los textos en todo momento y lugar.
La segunda, que no sé si depende o antecede a la primera, pero que a buen seguro Google lleva camino de resolver: la disponibilidad de todo tipo de títulos para leer.
Dadas esas dos condiciones tendremos ua nueva revolución. Esta vez en los hábitos de lectura.
Estupidiario y otras cosas | jomaweb | 9 Comentarios | Enlace
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Comentarios
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Tampoco es tanta revolución, simplemente un cambio de soporte.
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De acuerdo en todo, yo también estoy esperando a que salga el mp3 de los libros. Hay mucha gente que escribe preciosos artículos sobre el amor que tienen a sus libros, que han recorrido con ellos aventuras y peripecias, y están todo subrayados, con anotaciones, manchas de cafe, y si nos ponemos melodramáticos, hasta una despedida con carmín o algo.
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Me bajo del emule el famoso archivo con los diez mil libros, lo paso al cacharro y en una hora tengo una biblioteca más grande que la municipal de mi ciudad. ¡Y encima con posibilidad de hacer búsquedas aleatorias en vez de arrastrarme como rata por los obsoletos índices! |
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No nos interesa, es simplemente un cambio de soporte
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No recuerdo haber dicho que no interesara, sino que es un cambio de soporte, una evolución. Hagamos un repaso: papiro, papel...luego imprenta, pasamos a formatos más pequeños, libros de bolsillo...¿Revolución? hombre, pues no. |
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Cristina tiene razón: es sólo un cambio de soporte de un producto, el libro, que se seguirá fabricando, aunque en otros formatos. Ya se cambió en su momento el soporte de papiro a papel, y fue un avance, no una revolución. Y también se cambió varias veces el formato, para adaptarlo al nuevo y creciente público lector, y tampoco fue una revolución, sino un avance. Lo que serÃa revolucionario es que alguien inventase un producto nuevo que mejorarse las caracterÃsticas de lo que entendemos como libro. Estamos hablando de un medio que reproduce palabras en un color legible sobre un fondo que facilita la lectura; es decir, un libro de los de toda la vida. Lo que fue una revolución fue el concepto en sà de libro, que sigue existiendo después de dos mil años, pero adaptado a los nuevos tiempos.
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Revolución, lo que se dice revolución, si nos ponemos estrictos, pues solo la Francesa y la Bolchevique.
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Otro mp3 de los libros salió hace poco en barrapunto. |