VELOCIDAD DE ESCAPE

2006-03-03

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BETTER DAYS

Hace ya algunos años, y durante más tiempo del que hubiera sido estrictamente necesario, tuve la suerte o la desgracia de trabajar en unas condiciones que no desearía para nadie con el que tuviera la más mínima relación de afecto.

A los horarios extenuantes y los turnos rotatorios, que de por sí solos ya eran motivo suficiente para considerarlo esclavitud moderna, tenía que añadir jefes incompetentes hasta el vómito con ínfulas de sabiduría que logran su puesto gracias a casarse con la despreciable hija del jefe, unos cuantos "compañeros" maliciosos y paranoides que hacen efectiva la idea de que la mejor defensa es un buen ataque, y unas labores propias del puesto ante las cuales el mismo Sísifo hubiera palidecido.

Aquello duró unos cuantos años, casi los mismos que estuve en aparente armonía sentimental con aquella que ahora surge de entre las nieblas de la memoria y llama para disculparse "por todo lo que te hice". Suelen decir que las desgracias nunca vienen solas pero en aquellos momentos yo lo consideraba ensañamiento, mofa, befa y escarnio. Cuando eres adolescente piensas que hay un lugar reservado en el mundo para tí, y cuando maduras un poco te das cuenta de que ese lugar que te está siendo reservado está entre la basura a menos que hagas algo para remediarlo.

Pese a todo, siempre consideré que cualquier cosa es susceptible de empeorar y me consolé de la única manera que consideré posible: sintiéndome orgulloso del trabajo realizado cada dia, dia tras día, año tras año. Eso es algo que nadie te puede quitar. El saber que has hecho tus tareas lo mejor que sabes y que cuando te vas a casa extenuado nadie te puede decir que tu conducta no haya sido intachable.
Para los desgraciados que nos ha tocado en suerte (mala suerte) tener conciencia, no cabe otra satisfacción en la vida. Dormir con la conciencia tranquila se convierte así en el orgullo del pobre y asímismo en la justificación de su pobreza. Nietzsche lo llamaba la "moral del borrego". De este modo es necesario que en el origen de toda riqueza excesiva resida un crimen.

Todo era susceptible de empeorar, por tanto, y consideré del mismo modo esta etapa de mi vida como una prueba, como una suerte de aprendizaje durante el cual debía de aprovecharme para curtir mi espíritu, endurecer mi alma y encallecer mi piel de modo que ante las futuras condiciones de vida, fueran estas mejores o peores, pudiera reirme en cualquiera de los dos casos.

Recordaba y hacía míos los versos de Kipling:

If you can meet with triumph and disaster
And treat those two imposters just the same;


Si tropiezas el Triunfo, si llega tu Derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.

Pero al mismo tiempo, aún con ese talante "heroico", sufría. Y mucho.

Y no está de más recordarlo ahora, con un enorme conflicto laboral por medio que me ha puesto en el disparadero gracias a un ex-compañero al que ya no quiero ni calificar, con una baja que ha hecho que tenga más trabajo acumulado del que tengo normalmente, y con una situación física no muy boyante tras mi rotura de ligamentos que me ha apartado del ejercicio un tiempo que considero excesivo.

La diferencia entre entonces y ahora, es que me acuerdo de aquellos aciagos años, y me doy cuenta de que no puedo considerarlo una mala época. Me sirvió para que ahora me ría.

These are better days baby
Yeah there´s better days shining through
These are better days baby
Better days with a girl like you

Better Days, Bruce Springsteen

Estupidiario y otras cosas | jomaweb | 3 Comentarios | Enlace