VELOCIDAD DE ESCAPE
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2005-12-29
No soy amigo de listas, salvo como recordatorio de lo que uno NO ha hecho, que es para lo que suelen quedar. Tengo un amigo que incluso en vacaciones elabora una hoja de excel con las cosas que tiene que hacer a lo largo de las mismas. Con ese dato ya pueden imaginar el resto de su personalidad. Normalmente es absurdo definir a una persona en torno a un rasgo definitorio y organizador, pese a que los psicólogos son muy dados a ello. Este es introvertido, este es empático, este es gilipollas..., pero en este caso me duele reconocer que es así.
Sea como fuere, personalmente se produce la coincidencia de mi cumpleaños con la proximidad del fin del año con lo cual la tendencia a valorar lo que uno ha hecho o ha dejado de hacer es más fuerte si cabe.
Normalmente es para echarse a llorar.
No por no haber cumplido ninguno de los objetivos planteados a principios del año, sino porque ni siquiera me acuerdo de cuáles eran. Así que este año los dejo aquí escritos para poder recordarlo. Evidentemente la lista estará sujeta a modificaciones y adiciones.
En primer lugar callar la boca.
Nunca está de más hablar menos. Por la boca muere el pez. En boca cerrada no entran moscas. Seré dueño de mis silencios y esclavo de mis palabras, o como demonios quieran ustedes decirlo.
No saben ustedes la tranquilidad que da el ser impenetrable, ignoto, desconocido. Los quebraderos de cabeza y los sinsabores que se ahorra uno no contestando a esa llamada, no respondiendo a ese SMS, no dando réplica a ese exhabrupto que uno recibe cuando trata de ser simplemente educado.
Encontrar el centro.
Imagino que será cosa fácil de encontrar dado que por su propia definición el centro está en el.....centro. O sea que trataremos de practicar el Aikido con plena concentración y relajación. Y dejaremos que esa concentración y relajación se extienda a los demás órdenes de nuestra vida, que falta le hace.
Enfriarme.
Pese a las fechas tan frías en las que nos encontramos digamos que si el Aura existiera realmente y se pudiera ver a simple vista la mía sería de un color rojo llameante sobre la cabeza, a semejanza de las imagenes de los demonios tibetanos. Como habrán podido comprobar los que me sufren aquí casi a diario llevo un año bastante revolucionado, colérico, cabreado, mareado y un poquito hasta los cojones. El enfriamiento pasa, como es usual, por enviar a determinadas personas a realizar un viaje a cierto lugar al que a nadie le gusta ir, o bien, y esto es lo más difícil, conseguir que esas determinadas personas no afecten por mucho que lo intenten, mi quehacer diario.
Enfriarme en todos los sentidos.
Ajedrez.
Emprender, por fin, de una puñetera vez, el estudio y perfeccionamiento de mi juego incluso como medio de abstracción, concentración, meditación y por ende, relajación. No voy a ser un Topalov o un Anand pero mientras uno piensa en la Nimzo-India no piensa en otra cosa. Y eso relaja un montón.
Intentar (al menos intentar) alguna actividad al aire libre.
Cosa siempre limitada por residir en una puñetera jungla de asfalto donde lo más verde que hay es el pan enmohecido en la nevera. Y de paso conoces gente. Total, es aburrido que siempre te puteen los mismos, así que al menos cambiamos de cara.
Decir No
El NO queda elevado desde hoy mismo a palabra sagrada. Usarla doquiera sea menester. Con profusión, con alegría, sin cortapisas. Decir NO a la mínima ocasión.
Redistribuir la riqueza.
La única riqueza que poseo soy yo mismo, así que vamos a reorientar los esfuerzos, las palabras, el cariño y los actos en otra dirección. Me daré más a los que de veras agradecen mi presencia. A los demás que les vayan dando.
Por el culo si es posible.
MCAD
Uf.
Leer más.
Este es el propósito fijo de todos los años. Nunca se lee lo suficiente, pero lo grave es que cada vez leo menos.
PROPÓSITOS DE ENMIENDA
Es habitual por estas fechas hacer la típica lista sobre lo que queremos cambiar o simplemente plantearse unos objetivos a corto plazo para el año entrante.No soy amigo de listas, salvo como recordatorio de lo que uno NO ha hecho, que es para lo que suelen quedar. Tengo un amigo que incluso en vacaciones elabora una hoja de excel con las cosas que tiene que hacer a lo largo de las mismas. Con ese dato ya pueden imaginar el resto de su personalidad. Normalmente es absurdo definir a una persona en torno a un rasgo definitorio y organizador, pese a que los psicólogos son muy dados a ello. Este es introvertido, este es empático, este es gilipollas..., pero en este caso me duele reconocer que es así.
Sea como fuere, personalmente se produce la coincidencia de mi cumpleaños con la proximidad del fin del año con lo cual la tendencia a valorar lo que uno ha hecho o ha dejado de hacer es más fuerte si cabe.
Normalmente es para echarse a llorar.
No por no haber cumplido ninguno de los objetivos planteados a principios del año, sino porque ni siquiera me acuerdo de cuáles eran. Así que este año los dejo aquí escritos para poder recordarlo. Evidentemente la lista estará sujeta a modificaciones y adiciones.
En primer lugar callar la boca.
Nunca está de más hablar menos. Por la boca muere el pez. En boca cerrada no entran moscas. Seré dueño de mis silencios y esclavo de mis palabras, o como demonios quieran ustedes decirlo.
No saben ustedes la tranquilidad que da el ser impenetrable, ignoto, desconocido. Los quebraderos de cabeza y los sinsabores que se ahorra uno no contestando a esa llamada, no respondiendo a ese SMS, no dando réplica a ese exhabrupto que uno recibe cuando trata de ser simplemente educado.
Encontrar el centro.
Imagino que será cosa fácil de encontrar dado que por su propia definición el centro está en el.....centro. O sea que trataremos de practicar el Aikido con plena concentración y relajación. Y dejaremos que esa concentración y relajación se extienda a los demás órdenes de nuestra vida, que falta le hace.
Enfriarme.
Pese a las fechas tan frías en las que nos encontramos digamos que si el Aura existiera realmente y se pudiera ver a simple vista la mía sería de un color rojo llameante sobre la cabeza, a semejanza de las imagenes de los demonios tibetanos. Como habrán podido comprobar los que me sufren aquí casi a diario llevo un año bastante revolucionado, colérico, cabreado, mareado y un poquito hasta los cojones. El enfriamiento pasa, como es usual, por enviar a determinadas personas a realizar un viaje a cierto lugar al que a nadie le gusta ir, o bien, y esto es lo más difícil, conseguir que esas determinadas personas no afecten por mucho que lo intenten, mi quehacer diario.
Enfriarme en todos los sentidos.
Ajedrez.
Emprender, por fin, de una puñetera vez, el estudio y perfeccionamiento de mi juego incluso como medio de abstracción, concentración, meditación y por ende, relajación. No voy a ser un Topalov o un Anand pero mientras uno piensa en la Nimzo-India no piensa en otra cosa. Y eso relaja un montón.
Intentar (al menos intentar) alguna actividad al aire libre.
Cosa siempre limitada por residir en una puñetera jungla de asfalto donde lo más verde que hay es el pan enmohecido en la nevera. Y de paso conoces gente. Total, es aburrido que siempre te puteen los mismos, así que al menos cambiamos de cara.
Decir No
El NO queda elevado desde hoy mismo a palabra sagrada. Usarla doquiera sea menester. Con profusión, con alegría, sin cortapisas. Decir NO a la mínima ocasión.
Redistribuir la riqueza.
La única riqueza que poseo soy yo mismo, así que vamos a reorientar los esfuerzos, las palabras, el cariño y los actos en otra dirección. Me daré más a los que de veras agradecen mi presencia. A los demás que les vayan dando.
Por el culo si es posible.
MCAD
Uf.
Leer más.
Este es el propósito fijo de todos los años. Nunca se lee lo suficiente, pero lo grave es que cada vez leo menos.
Estupidiario y otras cosas | jomaweb | 4 Comentarios | Enlace
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Comentarios
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Como curiosidad malsana ¿cuantos añitos tienes corazón? |
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No es grave leer menos, siempre que lo que leas sea mejor. No sería recomendable, por ejemplo, leerse todas las guías telefónicas de España.
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AR4, si eres chica: "¿cuántos me echarías?"
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