VELOCIDAD DE ESCAPE
BUDO
Somos polvo agitado por el viento. Somos como hojas en un vendaval de otoño. Pasan nuestras vidas sin sentido luchando por buscar un motivo al caos, al frenético deambular.No nos damos cuenta que tan solo aquietando nuestra mente, sosegando un momento nuestro pensamiento agitado, deteniendo unos instantes el rápido encadenamiento de ideas generadas por una mente inquieta, seríamos capaces de sentir un solo instante la plenitud.
¿Qué sentido tiene sino el trabajo?. ¿Qué sentido tiene pasar gran parte de nuestro tiempo esforzándote en algo que nadie valora?. ¿Qué sentido tiene pasar nuestra vida luchando por demostrar la propia valía para terminar arrumbado en un rincón donde se dejan los trastos viejos?. ¿Qué motivo sino el propio orgullo y la propia convicción de que una vida sin honor, sin rectitud, no merece ser vivida?.
¿Qué sentido tiene un mundo injusto en el que el premio lo recibe el malvado, donde la larga vida y la abundancia son erróneamente entregados al malicioso, al injusto, al dañino, mientras las buenas personas sufren necesidad, desolación y miedo?
¿no hay nada más?
¿no hay nada más que levantar por la mañana con el horrible sonido del despertador, pasando todo el dia en un lugar que nos permite alimentar a una familia a la que no podemos apenas ver porque precisamente pasamos el día allí? ¿no hay nada más que enamorarse de alguien al que algún día, pasados los años mirarás como a un extraño?
¿no hay nada más que procrear, consolándonos al menos de que alguna manera nosotros pervivimos en nuestros hijos?
Y sabemos que cuando todo acabe, cuando baje el telón y las luces se apaguen ya no habrá nada. Muchos eligen engañarse y creen que volverán o que irán a otro lugar donde serán premiados o castigados por sus acciones. Exige mucha valentía asumir la propia finitud, asumir que nuestro yo, nuestra conciencia no existirá más. Asumir que no importará porque ya no estaremos allí para darnos cuenta, porque nuestra personalidad se habrá diluido como un azucarillo en agua.
De momento, esa paz interior, esa convicción de que no hay nada más allá de la propia valía, del propio honor, y de la propia rectitud, me lo aporta el Budo. También la certeza de la propia ignorancia, de que el camino es largo, y que exige esfuerzo y atención, pero que a cambio la recompensa es grande.
Bienvenido sea.
"Aquellos de espíritu impuro, con el corazón habitado por la violencia, han perdido antes de comenzar”
Estupidiario y otras cosas | jomaweb | 8 Comentarios | Enlace
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Comentarios
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Versionando al maestro Eugenio:
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Supongo que teniendo una visión tan pesimista de la vida, lo más lógico en vista de que no hay futuro, sería que nos matasen nada más nacer (para ahorrarnos sufrir en este valle de lágrimas).
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Esto no lo hacemos por dinero. :-b |
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Te leo amenudo y creo que esto es un claro síntoma postvacacional. Eres un tío lúcido y todo lo que comentas son los típicos lugares comunes de las personas inteligentes que se despistan y dejan de "controlar" su inteligencia. Mi abuelo decía que sólo los tontos son felices. Mi proyecto vital es demostrarle y demostrarme que se equivocaba. Nos cortamos las venas todos o intentamos jugar las cartas dadas. Es lo que hay. Saludos! |
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Debería haber incluido también la frase: "y nadie entenderá lo que digo"
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Para los perezosos:
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Negar la propia finitud es una manera de represión; aceptarla y asumirla es un primer paso hacia la liberación, lo que tampoco implica un 'carpe diem' acelerado y carente de valores. Y, por otra parte, la sociedad nos machaca a que busquemos la Felicidad (así, en mayúsculas), sin darnos cuenta de que es un estado transitorio y temporal, como pequeñas gotas en una vida donde abundan cíclicamente la lluvia y la sequía.
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