VELOCIDAD DE ESCAPE

Ella se despierta y mira los números luminosos del reloj de la mesilla que marca las 3 de la madrugada del domingo. A su lado duerme plácidamente su amor. Está intranquila, desasosegada, y no tiene ganas de dormir. Se levanta y va a la cocina a comer algo. Coge una manzana y tras mordisquearla, la deja sobre la encimera y vuelve a la cama.
El sigue durmiendo plácidamente. Ella se tumba y comienza a moverse fuerte sobre el colchón para ver si se despierta. Al no haber reacción se coloca de lado, frente a él y le zarandea, pero no se mueve.
Vuelve a zarandearlo, esta vez con más fuerza, pero no hay reacción. Duerme profundamente.

El desasosiego está dejando paso a la irritación y la cólera. "¡me está ignorando!", piensa con cabreo creciente para sus adentros. Acto seguido, le levanta el párpado derecho. Por fin él se mueve, abre el ojo izquierdo, y se da la vuelta.
"¡esto es el colmo!", y llena de irritación comienza a zarandearlo de nuevo, esta vez con violentas sacudidas. Al final se despierta.

-"déjalo ya cariño, por favor", dice soñoliento
-"¿preparo el desayuno?"
-"¿qué hora es, preciosa?", pregunta con los ojos cerrados.
-"Son las 8 de la mañana", miente ella mientras el reloj marca las 3:15; "¿quieres que haga un café fuerte y leemos el periódico?"
-"No, Nada de café fuerte, gracias".

Esto la saca de quicio y comienza a gritar.

-"ah. ¡ Conque no puedo tomar café fuerte !. ¡Seguro que si fuera tu madre no me hablarías así !. ¡ No me haces ni puñetero caso y encima me prohibes tomar café !. ¡ Ya sabía yo que tú no me quieres de verdad !"

Él, ya totalmente despierto y con los ojos fuera de las órbitas, levanta el edredón y se marcha a fumar un cigarrillo mientras musita: "Dios mio, otra vez no."

Al rato, tras terminar el cigarrillo, él tira de su manta una y otra vez, juguetón, y le pregunta: "¿estás bien, cariño?"
Ella se incorpora, le lanza una furibunda mirada de odio y grita:

-¡Son las 3:45, estoy cansada y quiero dormir.!