VELOCIDAD DE ESCAPE
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URUK-SIN-KAI
No. La palabraja no tiene nada que ver con los famosos Uruk-hai de la obra de Tolkien, el señor de los anillos. Realmente ni siquiera sé si se escribe así.Se trata de la modalidad de combate que practiqué ayer.
En todo gimnasio, y mucho más si te dedicas a hacer algún tipo de arte marcial, siempre hay dos tipos de personas. Aquellas a las que les gusta pegar y aquellas que van por el gusto de aprender y mantener un adecuado tono físico.
Esta clasificación no es excluyente. Por ejemplo, yo mismo, que pertenezco a la categoría de los que van al gimnasio por aprender algo y mantener un adecuado ejercicio, hay días en los que voy simple y llanamente porque me apetece partirme la cara con alguien.
Evidentemente se hace dentro de las coordenadas técnicas y éticas del combate. No se golpea a mala fe. No se golpea fuerte si el contrincante baja la guardia. Primero hay que dominarse uno mismo para dominar al contrario. Y un etcétera muy largo que puede parecer filosofía oriental barata pero que sorprendentemente es de aplicación totalmente directa.
Pues bien. Como en nuestro grupo hay gente que va desde el típico cinturón negro de Karate que además hace Boxeo Thai hasta mi caso, un simple practicante de culturismo durante 4 años, cuando el monitor falta por algún compromiso, uno de los de más experiencia asume la dirección del Tatami y dirige el entrenamiento.
Podéis imaginar que en este caso suelen asumir la dirección del entrenamiento aquellos que pertenecen a la primera categoría, o sea, los que prefieren partirse la cara.
Eso pasó ayer. Y tengo que decir que como estoy en esa famosa época en la que me apetece partirme la cara con alguien, pues que disfruté con un enano.
El monitor circunstancial en este caso, en vez de colgar los sacos, que es lo que se suele hacer el jueves, decidió que lo mejor era un URUK-SIN-KAI.
Es ni más ni menos una modalidad de combate Full-contact en la que solamente se puede golpear en la parte comprendida entre la cintura y la base del cuello. No valen golpes bajos, ni a las piernas, ni a la cara.
Y como estamos como estamos, pues yo, ni corto ni perezoso, me pongo con el monitor. Hala. Más chulo que un ocho.
Este tipo pega. Este tipo pega fuerte. Pero este tipo cuando no le das fuerte tu también se cabrea porque dice que no entrena si no te lo tomas en serio.
Así que me lo tomé en serio. Codos cerrados. Puños pegados al cuerpo. Él me dió, yo le dí. Le dí bien. El me dió bien. Puños, patadas, el codazo y el rodillazo del Muay Thai está prohibido en esta modalidad. Pecho, costados, brazos, vientre. Una auténtica paliza.
Para terminar. Hay que endurecer el cuerpo y aprender a resistir el dolor. Por turnos, uno queda de pie, con las manos a la espalda, y los demás van psando en fila y le golpean en el torso o el vientre. Todos pasamos por el carrusel. Para finalizar, patadas en las piernas por turnos. Sin posibilidad de devolverlas. Aprendes a aguantar el dolor, aprendes a recibir, pero lo que es más importante, aprendes a controlar esa furia asesina que me sube por dentro y que últimamente está a flor de piel. Con rabia en la cabeza eres un mal combatiente. No controlas y te llevas todos los golpes. No hay mejor contrincante que un contrincante rabioso y ofuscado por la cólera. Lo derribas con dos golpes.
Hoy. Un día después. Tengo los brazos y el tronco lleno de moretones y me duele cada movimiento que hago. Pero puedo atestiguar que ayer disfruté.
Y puedo atestiguar que hoy, cada vez que me duele alguna parte del cuerpo, me sonrío y me digo a mí mismo que son los dolores del alma los que más duelen. Me sonrío, y sigo adelante.
Estupidiario y otras cosas | jomaweb | 9 Comentarios | Enlace
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Comentarios
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Interesante, nunca he comprendido el placer que se encuentra en estas historias, pero tu relato me parece realmente clarificador. Incapaz de probar algo así, encuentro ese tipo de sensaciones en sesiones sudorosas de sexo... que prefiero no detallar :)
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Sinceramente, me parece repugnante que haya gente que disfrute dando hostias a otra persona. Incluso en las mejores circunstancias, como es este caso. Hay otros que no van a gimnasios ni se imponen normas o límites de ningún tipo. Me imagino que disfrutarán todavía más. |
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¡Jo, qué tío! Machotes así ya no quedan.
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Tengan todos ustedes en cuenta que yo soy el típico personajillo gris, anodino, vulgar, que no destaca, que no llama la atención y que nunca (NUNCA) se ha peleado con nadie en su vida.
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No soy ajeno Pez, a el paralelismo que estableces entre el sexo y la satisfacción tras hora y media de entrenamiento. Te puedo garantizar una cosa. Con el sexo no sudas tanto en la puñetera vida. Cada sesión de entrenamiento deja mi camiseta y mi pantalón que cuando los aprietas chorrean sudor , literalmente.
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Vas pareciéndote a Tyler Durden xDDDD |
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Curiosamente, El club de la lucha, sin dejar de ser una buena película, está en las antípodas de lo que las artes marciales representan.
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Lo leo y lo releo y los comentarios tambien y bueno, supongo que será mi condicion de plutoniano, pero no lo entiendo. Y mucho me dá a mi que no lo entenderé porque mi esfuerzo por entenderlo ya lo he gastado....
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quisiera aprendera pelear |